El pasado jueves asistí a la 16ª Gala del Comercio de
Valladolid.
En esta ocasión me decidí por unos pantalones negros de Zara
con un ribete dorado a juego con las tachuelas de mis tacones estilo Valentino
de Lodi que compré en la Boutique de Mónica Albert. Una blusa blanca de Sfera y
una chaqueta estilo Chanel de Hello Kiss para darle un toque sofisticado y clásico.
Además, como complemento a una paleta de colores negro y
tonos pastel, elegí mi Michael Kors modelo Selma en color trufa con un pañuelo
tipo Twilly en tonos más vivos.
Cronología de los hechos:
Me maquillo, elijo el outfit y me dispongo a salir de casa
con antelación suficiente para poder coger buen sitio.
Llegamos mi madre y yo y nos colocamos en la cola. Pongamos
que éramos las número 100. Pues cuando entramos, tres cuartos de hora más
tarde, con la de gente que se iba colando (tal que así: veo a alguien conocido,
me acerco, me pongo a hablar y disimuladamente ya me quedo), habíamos pasado a
ser las 500.
Vamos entrando y la gente comienza a correr como si aquello
fuera la tercera guerra mundial y tuvieran que coger sitio para el búnker.
Después de la negativa de no dejarnos entrar en platea,
vamos subiendo las escaleras e intentando abrir cada palco…
Cerrado
Cerrado
Abierto… Lleno
Lleno
Cerrado
¡Hasta que al fin encontramos uno con una silla libre! Las
cuentas son sencillas: éramos dos y solo había una silla. Le digo a mi madre
que voy a buscar La Silla Perdida al resto de Palcos.
Iba tan emocionada que me metí hasta donde los cámaras y la
tele. Yo muy pichi y los señores diciéndome:
- Aquí no, aquí no.
Regresé al palco donde había dejado a mi madre custodiando
esa maravillosa silla, indignada por no haber encontrado otra, y para mi
sorpresa una señora se había esfumado y allí había otra silla.
También os digo, ¿dónde quería ir yo con una silla de esas
características? Si esas sillas pesaban un quintal.
Me la pensaba llevar por el pasillo de palco en palco.
Al sentarnos nos dimos cuenta de algo: los organizadores del
desfile nos van a tener que pagar unas sesiones de fisioterapia porque
tuvimos que hacer contorsionismo para poder ver algo.
Intenté quedarme sentadita para hacer las fotos, pero al
primer click e iluminación de mi querida Nikon en la oreja izquierda del chico que se sentaba delante, se giró como si lo hubiera apuntado con el rifle de un
francotirador.
Solución: la silla tenía un escalón de madera y yo que soy
muy cuca me subí encima. Claro, no tuve en cuenta que era muy estrecho y no
entraba todo mi pie. No me caí encima del chico de delante por los pelos… Aquel
día entre el francotirador y la funambulista salió vivo de milagro. ¡Lo siento!
Tengo que decir que no sé si fue por estar mala (que los que
me sigáis por Instagram ya lo visteis) o porque realmente fue así, pero se me
hizo eterno.
De hecho, cuándo llevábamos un poco más de la mitad del desfile
decidimos irnos y coincidimos con dos mujeres que se iban ya también diciendo que
se les estaba haciendo muy largo. Después, hablé con una conocida mía y me dijo que se había
quedado hasta el final, pero que demasiado largo.
Os dejo las fotos de los looks que más me enamoraron, en
concreto ese look de Regalado con ese aire tan Parisienne que me transportó
directamente a mi viaje a París y ese outfit tan moderno y atrevido de Mónica
Gallardo con esa fantástica falda asimétrica y botines blancos.
¡Hasta aquí llegan las aventuras!
Nos leemos en la próxima.
Un besito.
Debo darte la enhorabuena por el tono divertido al contarnos las vicisitudes del día .
ResponderEliminarYo la verdad es que tuve mucha suerte y acabe sentidísima en platea disfrutando muchísimo del evento.
Besos ��
https://dreamsatfifty.com
Jajaja la vida con humor es mejor 😆
EliminarMe alegro que lo disfrutaras un monton. Un besazo 😘😘
¡Holaaaa!
ResponderEliminarA pesar de los pesares me alegra que, lo que viste, te gustase :)
Aunque se hiciese un poco largo.
¡Un besazooo!
¡¡Sí!! Ya cogí ideas para nuevos looks.
EliminarUn besito