Las mejores personas llegan en el
momento adecuado.
En un ápice de luz que se cuela en la
oscuridad.
Cuando a veces estar solo es estar en la
peor compañía.
Cuando te sientes lejos de ti y de los
que están a tu alrededor.
Cuando solo quieres hacerte pequeña... Y
desaparecer.
Tengo amigas que son el sol y la
luna.
Mis paracaídas.
Mis alas.
Con sus historias, aventuras y
desventuras, copa de vino en la mano y agenda colmada de nuevas ideas que
plasmar, a veces el mundo parece más bonito.
Cuando transforman mis preocupaciones en
mares en calma.
(Y yo venga a marearlas).
Cuando te abrazan tan fuerte para que
esa herida deje de sangrar y cure.
Me ven más humana que superficial.
Abren camino, enseñan y aprendo.
SON y ESTÁN.
Y sí, son refugio; pero también hogar.
Quizás no resuelvan problemas, pero
disminuyen la presión que estos ejercen.
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